The fish doesn't think
The fish is mute, expressionless
The fish doesn't think because the fish knows everything
The fish knows everything
Goran Bregovic
Estoy con un grupo de personas. Queremos entrar a una alberca, pero dentro hay un hurón. Los encargados del hotel sacan al animal, mismo que se acerca a mí, causándome un poco de miedo; le doy mi bufanda y juega contento con ella, mientras la gente nos señala y ríe.
Ahora estoy dentro de la alberca. El agua es un tanto sucia, las paredes tienen moho. Mi madre es un pez naranja, mediano y hermoso. Está nadando conmigo, pero no libremente sino dentro de una bolsa, cuando lo saco de ella parece muerto, pero se reaviva luego. De pronto la alberca es drenada, apenas me da tiempo de guardar al pez en la bolsa, pero el agua en ella es poca, de modo que lo siento saltar de asfixia; corro a buscar una llave de agua, pero no sale suficiente. La alberca es llenada nuevamente. Quiero soltar al pez para que nade, pero ahora está dentro de una bolsa y otra y otra; intento romper todos sin hacerle daño, pero cuando logro liberarlo es tarde. Mi mamá pez ha muerto, ahora es transparente e inmóvil.
Aparece la misma alberca, dentro de la cual hay una niña, no sé si soy yo o mi prima María de Jesús. Ella juega con dos muñecas. Ella dice a mi familia que prefería el pez que las muñecas, porque el pez era un espíritu más vivo de su madre. Y la familia entristece.
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