Estoy de vacaciones con mi mamá; sorpresa: encuentro a mi amigo Pablo y a Adriana (una de mis primas veracruzanas), así que prefiero irme con ellos al mar. Mamá se enoja conmigo y permanece en la arena; a pesar de que tengo un gran sentimiento de culpa, yo me alejo cada vez más de la orilla, y desde el agua busco a mi madre con la mirada.
Ya no estamos en el mar sino en una alberca, Adriana, Pablo y yo competimos y jugamos con pelotas, es divertido; procuro no ir hasta el extremo contrario de la alberca, donde el agua es más profunda, más oscura. De nuevo estamos en el mar, desde la orilla Pablo señala el ocaso: dos caballos blancos y alados galopan sobre el agua; pero de pronto ya no estamos ahí, sino que los miramos desde la butaca del cine; la película cambia: ahora trata sobre la destrucción de una ciudad de juguete.
2 comentarios:
Este es un blog maravilloso.
Ah, qué emoción, alguien comentó mi bitácora onírica, snif.
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