Atardece y corro pendiente arriba, aquí soy humana. De pronto entro a un pueblo. Comienza a llover, cosa que me alegra mucho. Ahora soy un fantasma. El cielo es gris, las calles son de tierra y la gente se apresura a entrar en sus casas pobres, oscuras. El paisaje es tétrico y por eso me gusta. Luzco andrajosa y sé que mi mirada tiene algo maligno. Camino bajo la lluvia, al mismo tiempo que tarareo una tonada que escuché en "The killer vampire fearless." Camino con lentitud. Paso junto a una farmacia, hago "chst" para que voltee la muchacha que atiende. Repito esto con la gente que veo dentro de sus casas (pues las puertas están abiertas, como se acostumbra en los pueblos.) Deseo que se asusten al verme. Y sigo mi marcha con ese canto que hasta a mí me estremece.

2 comentarios:
Vine a este sueño buscando a mi padre, un tal Candelario López...
Exactooooo, este sueño me recordó un chingo Comala.
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