Dormida pienso: ha sido un sueño, porque la distribución de mi recámara actual es distinta. Y entonces, vuelvo a soñar, ahora con mi recámara actual.
El panorama en sueño es exactamente igual que el panorama en realidad; es decir, estoy acostada bocarriba y duermo. Veo una hilera de tortillas suspendidas en el aire. Luego aparece una niña blanca, como de porcelana, pero en tamaño natural, parada en el extremo contrario de mi cama. Tiene el cabello recogido, flequillo y falda, me recuerda La pequeña bailarina de Degas, pues incluso tiene las manos detrás, como ella. Debido a la oscuridad, no distingo sus rasgos, pero sé que me observa. Su tamaño cambia. Ahora es más grande, como si hubiera cambiado su edad. Me asusto mucho, sin embargo, entre sueños me digo "Esa niña que cambia de tamaño soy yo misma." A pesar de que me tranquilizo un poco, despierto asustada.
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