En mi casa las paredes
se respetan como un dios,
en mi casa hay una iglesia
que se llama comedor.
E. Balleste
Mi familia materna está sentada en el comedor. Mi abuelo ha sido grosero con mi tío Petit, así que él se levanta y sale. Yo me encierro en el baño, la ventana está abierta, espero ver que mi tío Pedro pase, quiero darle una carta que le escribí; de pronto recuerdo que ha muerto. Siguente escena: estoy encerrada en la sala y veo a mi primo M (el hijo mayor de Pedro) a través de la ventana, la imagen es color sepia; aunque mi primo tiene acutalmente quince años, en el sueño lo veo tal como era cuando tenía dos años: rubio y menudito. Me siento triste. Le lanzo besos desde el otro lado del cristal.
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